Diego Rivera
Diego Rivera fue uno de los grandes muralistas latinoamericanos del Siglo XX.
La cultura mexicana siempre estuvo presente en su obra, incluso cuando se «contamina» de Europa en sus viajes al París de las vanguardias.
Su obra influyó a cientos de artistas y su vida sigue fascinando hoy por su irreverencia en lo político, su legendario hedonismo y un inexplicable atractivo para las mujeres lo cual resultaba extraño, pues no era para nada guapo, aunque según se cuenta desprendía un magnetismo animal y saltaba a la vista su carismática personalidad.
Su obra, de enorme eclecticismo, chupó de todo el arte occidental y también del precolombino (el gusto por la pintura mural, sin ir más lejos). Destaca por su monumentalidad, para poder comunicarse mejor con las masas populares. Es evidente su ideología revolucionaria.